La autodisciplina comienza con la capacidad de controlar tu comportamiento. Eso significa motivarte a ti mismo para hacer lo que necesitas hacer y evitar hacer cosas que son malas para ti. Sin embargo, la «capacidad de control» es solo el comienzo, y la verdadera disciplina es cuando has entrenado tu mente de tal manera que obtienes constantemente el comportamiento que deseas.
La disciplina puede parecer un problema de fuerza de voluntad. Sin embargo, esto implica simplemente esforzarnos más para hacer las cosas, incluso cuando nos sentimos mal, o luchar contra las tentaciones. Es una buena receta para el estrés y la decepción, pero hay mejores formas para llevar una vida disciplinada.
Consejos de autodisciplina
¿Alguna vez te has quedado despierto toda la noche hablando de algo interesante? Entonces sabes qué poder tiene la mente sobre el cuerpo. El sueño puede posponerse cuando estamos motivados por una discusión apasionada, y no se necesita mucha fuerza de voluntad para seguir haciendo algo cuando lo estás disfrutando. Eso nos da una clave de la autodisciplina.
Trata de disfrutar lo que estás haciendo y serás energizado. Tu fuerza de voluntad sube y baja con tus niveles de energía, así que toca música enérgica, muévete, ríe y busca las partes interesantes de cualquier proyecto en el que estés trabajando. Una vez que identifiques tus mejores impulsores y motivadores de energía, haz una lista y entrena tu cerebro para usarlos cuando necesite disciplina.
Haz las cosas más fáciles para ti. Si te sientes estresado cuando piensas en hacer tu declaración de impuestos, por ejemplo, ¡no lo pienses! Simplemente busca los datos y los formularios para trabajar en ellos más tarde. Después rellena solo una forma y luego otra. Cualquiera que sea la tarea en cuestión, puedes encontrar suficiente motivación realizando un pequeño paso a la vez. Comienza a entrenar tu mente para dar ese paso tan pronto como lo pienses, y los siguientes pasos serán más fáciles.
Autodisciplina y autoconciencia
¿Qué pasa si ese pastel te llama? A veces es difícil resistir la tentación, ¿verdad? Tener fuerza de voluntad es una buena idea, pero aquí hay una solución más simple: ¡deja de pararte frente al pastel! Es una lección fácil de entender, así que entrena para aplicarla habitualmente. No guardes cerveza en casa si no quieres beberla. No vayas solo al bar si quieres mantener un matrimonio fiel. Manténte alejado de las personas o situaciones que te llevan a problemas.
La disciplina no significa ser inmune a la tentación. Sigue adelante y desarrolla la fuerza de voluntad para decir que no, si puedes, pero ¿por qué no tener la sabiduría para evitar la tentación? Conoce dónde tu resistencia es débil y no te ponga en esas situaciones. ¿Tiene más sentido que pelear batallas inútiles contigo mismo?
Combatir sentimientos es una batalla perdida. Es mucho más efectivo aprender sobre ti mismo. ¿Cómo estás energizado y motivado? ¿Dónde están tus fortalezas y debilidades? Aprende sobre ti y comienza a usar lo que descubres para facilitar los comportamientos que deseas. Esa es la clave para la autodisciplina.